
Error de principiantes: cremar la leche para un café perfecto
En España hay muchas cafeterías y bares, más que en cualquier otro país de Europa. Sin embargo, el arte del café lo tenemos mucho menos dominado que en otros lugares, como por ejemplo Italia o (por decir un lugar más cercano) Portugal.
El mayor problema, además de no contar con un buen café para empezar, es cremar la leche.
Detrás de esto no solo se encuentra el secreto de preparar un cappuccino, sino cualquier café que requiera de leche.
Tenemos un pequeño error de base que puede hacer que confundamos las cosas. Lo que se forma al vaporizar la leche no es espuma, sino crema.
La diferencia es crucial:
En la espuma se forman muchas burbujas de aire que se deshacen en pocos minutos, mientras que la crema es una fina capa sin burbujas mucho más duradera, con mejor textura y que le da un sabor más sabroso a nuestro café.
Que en nuestro país se haya popularizado llamar espuma a lo que debería ser café con crema, puede que tenga que ver con el resultado, muchas veces cuestionable, del café en muchos lugares.
Espuma vs. Crema. Aprender a diferenciarlo.
Lo primero que tenemos que tener claro es que para cremar bien la leche, tenemos que saber diferenciar entre un café con leche cremada y otro con leche espumada.
(Café_sin_crema_mal_hecho)
Otro ejemplo que se nos puede escapar es este.
Diréis que es muy cremoso porque cubre mucho la parte
superior del café, pero no, este café tiene espuma.
¿Te fijas en las burbujas tan gruesas que tiene? En cinco minutos han desaparecido la mitad. Y eso es porque al hacer el café se ha hecho introduciendo mucho aire en la leche.
Este café es con espuma.
Como se puede comprobar, es el típico café en el que la capa superior desaparece rápido y notas las burbujas explotar contra tus labios. Un truco para saber si está bien hecho es que, si al apartar esta capa con una cuchara esta se queda apartada, es espuma.
En el café de la siguiente imagen se puede apreciar que las burbujas son muy reducidas, la crema es consistente y con textura suave. En este caso se puede afirmar que esto es café con crema.
Como ves, no es necesario saber sobre latte art (el arte de dibujar en el café) para saber cremar la leche. Es más, saber cremar la leche es el paso previo a comenzar con el latte- art (link a futuro post del tema), lo que sin duda añadirá un plus a tu café, que además de ser delicioso, será bonito. Pero eso lo dejaremos para otra entrada.
Vamos a resumir esta parte con esta imagen de cómo debe lucir le leche cremada vs. la leche espumosa:
Cómo cremar la leche
Si queremos empezar a entender cómo hacer un café con leche, tenemos que tener en cuenta que la mejor leche para cremar es la leche entera. Ni se te ocurra intentarlo con leche desnatada, porque se deshará sin importar la buena técnica que tengas.
También debemos tener una cafetera espresso con un vaporizador, como el de la siguiente imagen:
Por lo general las cafeteras caseras tienen esta forma en el vaporizador de tubo grueso.
En algunas ocasiones podrás quitárselo para que solo quede el tubo más fino de debajo (recomendado).
En otras, debes apechugar con este tubo, que no es la mejor opción porque introduce más aire del necesario en la leche y nunca quedará tan bien.
Pero no es el fin del mundo.
Debes tener también una jarra para leche que sea de metal. No sirven plástico, cerámica u otros materiales.
Cuando tengas estos tres utensilios, podrás hacer perfectamente tu leche cremosa.
Mide la leche justa para el café que necesites y ponla en la jarra. No te olvides de activar el vaporizador antes de poner la leche, para eliminar residuos o agua que se pudiera acumular en el proceso de calentado de la cafetera.
Una vez hecho esto, introduce el tubo en la leche de forma vertical, como mucho a 20 o 30 grados. Hazlo en una esquina, no en el centro, y a un centímetro de profundidad.
En este proceso, el oído es tu guía. Cuanto menos ruido haga la leche, mejor lo estarás haciendo. Prueba a mover (despacio) la jarra en diferentes posiciones, siempre intentando que esté a menos de 30 grados de inclinación, hasta que notes que hace menos ruido.
Al cabo de unos segundos, la leche deberá comenzar a hacer unas pequeñas ondas.
Cuando la jarra esté tan caliente que queme al tacto, apaga el vaporizador.
El resultado debe ser una leche brillante que al moverla sea ligeramente espesa. Si ves que en el proceso te han quedado burbujas, se puede corregir moviendo la jarra en círculos o dando varios golpes, aunque si son demasiadas no hay mucha solución más que intentarlo de nuevo.
Después de este paso, ¡no te olvides de limpiar el espumador de leche con un paño húmedo!
El último paso es verterlo sobre nuestro café previamente preparado, tratando de agitar suavemente la jarra en el proceso para que la crema no se quede toda en el fondo, sino que se vaya echando de forma homogénea.
¡Y así es como se prepara la crema para café!
Ahora solo falta que practiques cada vez que lo hagas y con el tiempo lo harás mejor. Si te dedicas lo suficiente, incluso podrás comenzar con tus primeros dibujos, pero dejaremos el tutorial de art latte para una próxima ocasión.
En nuestro local podrás disfrutar de un café con leche perfectamente cremada, así que si aún no dominas este arte, siempre puedes pasarte por aquí a disfrutarlo.